Capítulo 94: De regreso a Liverpool

-¿Estas hablando enserio?-dijo Marie

-Ya te dije que si, ¿no quieres?-dijo Paul

-Si…pero no sé…¿Por qué quieres ir a Liverpool justo ahora?

-No sé, solo quiero volver a ver a mi padre y a Mike y tu veras a tu mama ¿no es perfecto?-dijo Paul disimulando-

-No te creo ni media palabra, McCartney, dime de una buena vez que tramas-dijo Marie alzando una ceja-

-Te amo, Marie-dijo Paul comenzándola a besar-

-Espera, espera-dijo apartándolo-no creas que cederé, dime que sucede.

-Nada, mujer-río- solo quiero estar contigo ¿es un crimen?

-Casi-dijo Marie sonriendo, aun sin creerle ni una sola palabra-

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-¿Solo cuatro días mas? Joder, Brian, no somos tus malditos esclavos-dijo Lennon irritado- ¿A mi que me importa la jodida agenda? Bien, bien, si mamá…si, ya sé, ya sabemos, ¡Ya entendí! –colgó-

-¿Brian con buenas noticias?-dije riendo-

-Tenemos solo cuatro días mas y de esos cuatro días, tenemos que volver a Londres para no sé que mierda de promoción del filme.-

-Nunca tenemos vacaciones-dijo Ringo fastidiado-

-Si las tenemos, pero no saben utilizarlas bien-dijo Marie riendo-

-Yo mañana me voy a Liverpool con Marie-dijo Paul

-¿Qué pasa con Brian y…?-dijo Harrison

-Ya hable con el y me ha dicho que esta bien, solo necesitan que dos vayan a la dichosa promoción así que…-sonrió maliciosamente- buena suerte.

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-Hasta luego, Astrid-dije dándole un cálido abrazo- Cuídate mucho y espero verte pronto.

-Yo también, Ellie-dijo sonriéndome-

Así pasaron las inminentes despedidas por parte de todos, dejaríamos Hamburgo para volver a la emocionante Londres.

-¿Leíste la carta?-le pregunte curiosa a Lennon-

-¿Crees que debería?-me quedo viendo con sus ojos marrones-

-Yo creo, quizá dice algo importante-sonreí-

-Cuando tenga el valor suficiente, quizá lo haga-dijo y no volvió a intercambiar palabra con nadie más.-

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-¿Por qué iras a Liverpool?-dije alzando una ceja-

-Paul insiste, la verdad no sé que esta tramando –dijo sonriendo-

-Salúdame a tu mamá y al señor McCartney-dije sonriendo-

-Está bien-dijo Marie recargando su cabeza en mi hombro y quedándose profundamente dormida.-

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Paul y Marie se quedaron en Liverpool, mientras que los demás chicos y yo continuamos el vuelo hasta llegar de nuevo a Londres.

-¡Marie!-dijo la señora Kenneally en cuanto vio la silueta de su hija- preciosa ¿Cómo estas?

-Bien, mamá-dijo dándole un fuerte abrazo-te he extrañado mucho.

-Y yo a ti, mi pequeña-dijo sin dejarla de abrazar-

-¿Cómo esta mi tío y mis primos?-pregunto Marie

-Muy bien, van superando la muerte de tu tía cada día.

-¿Qué hay de nuevo en la emocionante Liverpool?-dijo Marie riendo-

-Oh, sabes que aquí nunca pasa nada, aunque ahora gracias a Paul, John y George somos conocidos en todo el planeta-dijo riendo- Por cierto ¿Cómo estas? Después de…haber terminado con Paul…

-río- Ya no acepte el trabajo en Francia, mamá, ya lo sabes, por que Paul me fue a buscar al aeropuerto y después de mucho pensarlo, he regresado con el-dijo

-¿Estas segura? Marie, por lo que me dijiste, no eras feliz con el…-dijo la señora Kenneally con un evidente tono de preocupación-

-Si, lo estoy…en verdad lo estoy, ¿te dije que ya me darán la oportunidad de exponer?-

-¿Enserio?-dijo su madre muy alegre-

-¡SI! Expongo en un mes y algo, será en París, fue gracias a Ellie, bueno uno de sus conocidos vio mi trabajo y me dio la oportunidad, y jamás me sentí mas aliviada de haber rechazado la anterior propuesta, mamá, Arnaud era un vil canalla-

-¿A que te refieres?

-le dijo toda la historia de Arnaud y el tráfico de arte- ¿Puedes creerlo?

-Oh –abrazo a Marie- gracias al cielo que no aceptaste, hija, solo Dios sabe que te pudo haber pasado.

-Lo sé, mamá, pero lo importante es que ahora estoy aquí, contigo-dijo Marie dándole la mano a su madre-

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-¿Estas seguro?-dijo Jim McCartney cuando oyó los planes de su hijo.-

-Así es ¿tu crees que no…?-dijo Paul

-No, Es linda y me agrada, en verdad creo que sería una buena chica para ti-dijo Jim-

-Es muy linda, no sé como se involucro contigo-dijo Mike bromeando-

-Cállate, tonto-dijo Paul riendo- ¿Entonces están de acuerdo?

-Aunque no estuviéramos de acuerdo, Paulie no nos escucharías, pero estas de suerte, porque apruebo lo que harás en su totalidad.

-Yo también, hijo, pero insisto ¿estas seguro?

-Si-dijo sonriendo-

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-¿A cenar?-dijo Marie alzando una ceja, Paul le había llamado-

-Si, ¿no quieres?-dijo Paul

-Si…¿Con mi mamá, dices? –pregunto Marie aun más extrañada-

-Sí-dijo Paul- pero antes de eso ¿quieres dar un paseo conmigo? –Había algo raro en el tono de voz de McCartney sonaba ¿Nervioso?

-¿A dónde me llevaras?-dijo Marie

-No lo sé, si tienes suerte a Strawberry Fields-dijo McCartney con un tono juguetón-

-Prefiero ir a la casa de Lennon –río- No hay nada de extravagante en Strawberry Fields.-

-Oh, bueno…¿A dónde quieres ir?-dijo

-Ah, ya sé a donde-dijo Marie- ¿Vienes por mí?

-Claro-dijo Paul, ahora él era el extrañado-

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-¿Qué hacemos aquí?-dijo Paul cuando estaban en la puerta de nada menos que un cementerio.-

-Quiero ver a alguien-dijo Marie entrando-

-Vaya, has matado todas las fibras románticas de mi ser –río-

-No es momento de bromas, McCartney-dijo Marie muy seria-

-Lo siento-dijo McCartney extrañado por la actitud de Marie.

-Aquí es-dijo Marie sentándose en frente de una tumba donde se leía Aquí yace Robert Kenneally amado esposo y padre-

-Oh-alcanzo a decir McCartney, no se esperaba aquello. Marie casi nunca solía hablar de su padre porque le causaba una extrema nostalgia- Gracias.

-¿Qué?-dijo Marie tratando de contener las lágrimas-

-Gracias por traerme aquí, cariño, sé cuanto significa para ti-dijo Paul

-Era un gran hombre, Paul, fue el mejor de todos y jamás soportare el hecho de que ya no lo tengo conmigo-

-Pero si esta contigo, esta en tu espíritu-dijo Paul abrazando a Marie-Lo mismo siento con mi madre ¿sabes? También lamento mucho el haberla perdido a una edad tan temprana, solo tenía catorce años cuando la perdí…pero sé que ella sigue conmigo de una manera u otra.-

-Aun así, tu tenías catorce cuando la perdiste, yo tenía diez años, Paul ¡Diez años! –dijo Marie y entonces se puso a llorar, ya no lo soportaba-En estos momentos es cuando mas lo extraño, ahora que ya estoy a punto de cumplir mi sueño de ser una fotógrafa reconocida, que estas tu conmigo…lo extraño mucho, Paul.

-Lo sé, linda ¿lo amabas, cierto?

-Lo amo, Paul, siempre será mi ángel de la guarda, aunque suene cursi-dijo Marie

-Bien, creo que ha llegado la hora-dijo Paul dejando de abrazar a Marie y sacando una pequeña caja de terciopelo de su bolsillo…-

-¿de que hablas?-dijo Marie analizando cada movimiento que Paul hacia-

-He estado pensando mucho estos días, en lo mal que me sentí cuando te perdí o bueno cuando estuve a punto de…¿Sabes? No quiero volver a experimentar esa sensación, es horrible…por eso me quiero asegurar de que ya no pase.

-No entiendo…-dijo Marie-

-dio un fuerte suspiro y abrió la pequeña caja- Ahora que estoy enfrente de tu padre y creo que cuento con su aprobación ¿Cierto Señor Kenneally? –Marie río- he estado tratando de encontrar las palabras correctas, el momento apropiado y creo que es este. Marie Kenneally ¿quieres casarte conmigo? –dijo Paul con un agudo nerviosismo en su voz-

El anillo que había dentro de la caja era muy simple, de plata con unas tres pequeñas piedras en color azul marino, era simple pero perfecta.

-¿Es…enserio?-dijo Marie

-No, estoy bromeando, jamás me casaría contigo –río- por supuesto que es enserio, boba-

-¿Estas seguro?-dijo Marie

-Si-dijo Paul-

-¿Y las fans?-pregunto Marie-

-¿No quieres?-

-Si…-fue todo lo que pudo decir Marie antes de llevarse las manos al rostro y comenzar a llorar- ¡Por supuesto que si!

-sonrió- Gracias, futura señora McCartney-dijo poniéndole el anillo en el dedo correspondiente-

-Es hermoso-dijo mirando el anillo-

-Era de mi madre-dijo Paul sonriendo-

-Oh, Paul…no debiste-dijo Marie tratando de quitárselo-

-Si te lo di, es porque estoy seguro de lo que estamos haciendo-dijo tomando su mano con suavidad-

-Gracias, Paul-dijo Marie

-Te amo-dijo Paul tomándola entre sus brazos y dándole el mas dulce de todos los besos-

-Yo también te amo, Paul-dijo Marie correspondiéndole. Se sentía la mujer mas feliz del mundo, no porque hubiera atrapado el corazón de un Beatle, el Beatle guapo, el talentoso, el ingenioso y mucha sarta de tonterías, se sentía feliz porque había atrapado el corazón del hombre que amaba profundamente.

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-Hola señor McCartney, Mike-dijo Marie amablemente dándole un beso en la mejilla a cada uno-

-Jim, Mike-dijo la señora McCartney-

-Hola Maggie, Marie-dijo el señor McCartney-

-¡Hola Marie!-dijo de una manera muy animada el menor de los McCartney, siempre se había llevado bien con Marie por la pasión que los dos tenían por la fotografía-

La cena se llevo de una manera tranquila, las Kenneally y los McCartney convivían de una manera placida y congeniaban muy bien. Cuando llego la hora del postre, Paul decidió que era el mejor momento para dar la noticia.

-Señora Kenneally-dijo Paul mirándola- Hoy he dado un paso muy grande con su hija…

-¿A que te refieres?-dijo la señora Kenneally-

-Mamá, Esta tarde Paul me pidió que me casara con el y yo…acepte.

-…Y queríamos saber si tenemos su bendición-dijo Paul

-Marie…¿Estas embarazada?-pregunto la señora Kenneally, inmediatamente todos se soltaron a reír pero Maggie continuaba con la duda en sus ojos-

-No, mamá, en verdad que no-dijo Marie sonrojada-

-suspiro- En ese caso, ¡Claro que tienen mi bendición!

-¿Y tenemos la suya Señor McCartney?-dijo Marie

-Linda, como no podría dártela –sonrío- el cabrón de mi hijo tiene mucha suerte de tenerte a su lado-

-Ya lo sé, papá, tengo mucha suerte-dijo Paul tomando a Marie de la mano.-

-Si les interesa saber, también tienen mi bendición-dijo Mike causando una gran carcajada a todos los reunidos.

Había sido la primera y –no la última- gran reunión familiar entre los Kenneally y los McCartney.

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